domingo, 15 de abril de 2012

Hago y entiendo

Me permito el lujo de tomar prestada la última frase de la enseñanza de Confucio para titular el post de hoy:

Oigo y olvido
Veo y aprendo
Hago y entiendo


Parece ser que en el siglo XXI todavía hay maestros que no comprenden esta pequeña enseñanza de Confucio. Y eso que a lo largo del tiempo ha habido varios pedagogos que han desarrollado sus teorías del aprendizaje a través de esta sentencia, tales como Pestalozzi, Montessori o Dewey.

Si el maestro imparte una clase magistral, en la que se dedica a exponer un tema y no hace más que comunicar a través de la palabra, es difícil que los alumnos integren los conceptos que el profesor les está tratando de enseñar. Nos pasa exactamente lo mismo a los adultos, si asistimos a conferencias o charlas en las que el ponente se dedica exclusivamente a exponer oralmente, es fácil que "desconectemos" en algún momento, aunque vayamos interesadamente y con predisposición a escuchar ¿Por qué pasa esto? Pues porque el alumno no pone de su parte para aprender, se trata de un aprendizaje pasivo (escuchar al profesor no requiere prácticamente esfuerzo). Cuando esa exposición oral del profesor la acompaña de una presentación visual, la integración de los conceptos por parte del alumno aumentará, ya que está escuchando y observando al mismo tiempo el concepto. Es lógico que aumente la proporción de contenidos adquiridos. Pero el aprendizaje sigue siendo pasivo. El alumno no necesita de un gran esfuerzo para escuchar y mirar la pizarra.

Sin embargo, para que los alumnos puedan entender lo que se les explica, lo mejor es que hagan, que manipulen, que experimenten...

¿De qué nos sirve que nos cuenten lo que es un pez, si nunca hemos visto uno? Llevemos el pez al aula, diseccionémoslo y observemos cómo es un pez por dentro.

El alumno logra entender lo que es un soneto. ¿De qué le sirve si no le pedimos que escriba uno, que lo recite, que lo interprete, que lo dibuje...?

¿Qué sentido tiene plantear a los alumnos un problema de matemáticas en el que tengan que calcular cuándo se cruzan dos trenes? Con razón se preguntan: "¿Y para qué me sirve a mí esto?" Si queremos trabajar este tipo de problemas, utilicemos el entorno, "usemos" a los propios alumnos. Saquémosles al patio y hagamos que corran calculando velocidades, distancias y tiempos con un cronómetro.
 
 Edgar Dale expone en su cono lo que he estado comentando:


De todas formas, ¡cuidado! Todo lo relacionado con los procedimientos, la manipulación y experimentación es muy bonito e imprescindible para el proceso de aprendizaje de los alumnos. Sin embargo, es fundamental apoyar estos procedimientos con explicaciones teóricas. No sirve de nada si lo hacemos, pero no lo explicamos, porque el alumno entenderá, pero no aprenderá.

Comparto hoy un conjunto de viñetas del psicopedagogo y dibujante italiano: Francesco Tonucci (FRATO) relacionado con este aprendizaje que he comentado: hacer es entender.


7 comentarios:

  1. Jorge me ha encantado! :) Como el resto de las entradas, pero en esta es en la primera que me animo a escribir comentario.
    En serio, es genial que compartas todo esto y que no te lo quedes para ti solito.
    Genial, de verdad!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias por seguirme y también por el comentario Marta!
      Seguiré compartiendo mis reflexiones con vosotros con mucho gusto.

      Comunicar es complicado, un arte. Y algunos hacemos lo que podemos.

      De nuevo, ¡gracias!

      Eliminar
  2. Lleva el pez, pero quizá no haga falta diseccionarlo, pobre... En serio, está muy bien, y luego hay que devanarse los sesos para encontrar cómo hacerlo, ¿no? Y al principio, cuando se empieza con ilusión, se hace, y luego cuando uno ya se va acomodando con su clase, nos encontramos con la mayoría de los profesores actuales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El pez ya no siente ni padece...no creo que le importe ya ser diseccionado. Con ello, los alumnos vivirán una gran experiencia (que seguramente no olvidarán) y tendrán la oportunidad de observar los órganos de un ser que han estudiado previamente en clase.

      Es cierto que los maestros jóvenes entramos con ganas y con fuerzas innovadoras que, con facilidad, se van agotando con el tiempo. Es muy sencillo acomodarse en lo cómodo.

      Sin embargo, lo que yo planteo va más allá. No es solamente innovar ahora, con las ideas "nuevas" (porque no tienen nada de nuevo) de relacionar los contenidos con la vida diaria, con las experiencias de los alumnos, etc. ¡Sino innovar durante toda la vida de docente! Estar siempre al día, para llevar a los alumnos siempre las novedades, ¡LO MEJOR! (que ciertamente, lo mejor no es siempre lo nuevo, he aquí la capacidad de discernimiento del maestro).

      Esto cuesta el doble de trabajo y esfuerzo, y el resultado es el que comentas: acomodamiento del profesorado...¿por qué? Pues porque la gente va a lo fácil y cómodo.

      Con vocaciones fuertes, no sería necesario. Pero vista la falta vocacional en esta profesión, quizá habría que buscar algún tipo de motivación o incentivo para que los docentes cambiaran e innovaran.

      Eliminar
  3. Confucio también lo decía así:

    "Dímelo y lo olvidaré, enséñamelo y tal vez lo recuerde, implícame y lo aprenderé"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, también lo había visto de esa manera. Pero lo importante es que viene a decir lo mismo: no es válido un aprendizaje pasivo, sino que se hace necesario "implicar" a los alumnos, hacerles "hacer".

      Gracias Iñaki por el comentario

      Eliminar
  4. Ojalá pudiera hacerles llegar esta reflexión a algunos de mis profesores... es una pena pero la verdadera razón de todo esto es que es mucho más fácil para el profesor hacer un "interesantísimo" monólogo sobre los cetáceos y la fauna marítima que llevar un pececillo al aula... en mi caso sobran interminables charlas sobre los factores de riesgo cardiovasculares y aun estoy esperando a integrar todos esos conocimientos atendiendo al paciente que acude aquejado de dolor torácico al servicio de Urgencias del mismo hospital donde yo mientras recibo esa clase...

    tienes ahora una gran oportunidad de poner en práctica la sabiduría de Confucio!

    :)

    ResponderEliminar