domingo, 16 de marzo de 2014

La magia de leer

Lee y conducirás, no leas y serás conducido.
Santa Teresa de Jesús

Hace unos días, se organizó en mi centro una actividad de cine espiritual. Fuimos al cine con nuestros alumnos (con palomitas y todo) para ver una película diferente. Los alumnos de 4º y 5º de Primaria vimos La bicicleta verde, una película árabe dirigida por una mujer. Sin previo aviso y por una confusión de la organización, el visionado fue en versión original con subtítulos.
Al llegar a clase, pregunté a mis alumnos de 4º sobre la película, a lo que la inmensa mayoría me respondió de la siguiente manera: "No me ha gustado porque había que leer".

Aunque la situación no es para alarmarse, ya que los niños no están acostumbrados a ver películas en versión original y, al fin y al cabo, cuando van al cine no es para escuchar gente hablando en árabe; sí que da una pista sobre la situación actual de nuestra sociedad.

Da la sensación de que cada vez cuesta más leer. Muchos padres vienen a las reuniones pidiendo ayuda para enganchar a sus hijos a la lectura. Mi recomendación: no desistir. En el momento en el que el niño encuentre un libro que le emocione, tendrá ganas de coger otro. Es la magia de la lectura.

De todas formas, la lectura se encuentra desbancada en estos momentos por otras formas de entretenimiento y diversión, como los medios audiovisuales. Estos métodos, permiten realizar una actividad y recibir información de forma pasiva, mientras que la lectura entraña una serie de procesos cognitivos que, normalmente, en las películas, series o entretenimientos audiovisuales, no es necesario ejecutar.
Ya lo decía José Antonio Marina en su libro La magia de leer: "¿Qué hacemos cuando leemos? Pues una serie de actividades de gran complejidad, que todavía no comprendemos del todo. En primer lugar tenemos que reconocer las palabras, lo cual significa que debemos tener en la cabeza un diccionario mental".

Por tanto, dada la importancia del fomento de la lectura en los menores, dejo algunas claves para promover la lectura en hijos y alumnos:

1. Imitación. Si observan a los mayores leyendo, los niños querrán imitar la conducta de los adultos.
2. Lectura nunca como castigo. El castigo es necesario para disminuir ciertas conductas, pero que nunca sea leyendo. De este modo, el niño acabará asociando la lectura a un sentimiento negativo.
3. Elegir libros que tengan que ver con los gustos del niño. Así, el menor se siente identificado con los personajes del libro y será un entretenimiento atractivo para él.

Es fundamental mantener motivados a los alumnos en los hábitos lectores, ya que leyendo, el niño desarrolla sensibilidades y competencias diferentes que realizando cualquier otro tipo de actividad. Una persona ya no puede ser la misma tras haber sido capitán de un barco pirata, astronauta, hechicero, aventurero o incluso dragón.